Cualquiera que piense que las tecnologías de la información y comunicación son un fin en si mismo está equivocado. Las TIC’s son el medio para alcanzar un fín, pero ¿cuál es ese fín? Basta abrir un periódico para darnos cuenta de las diarias y cotidianas aplicaciones que se están dando (telemedicina, comunicación digital, teleformación, conectividad,....). Si nos detenemos y reflexionamos sobre la cuestión, las aplicaciones pueden ser infinitas. Esto radica en la existencia de un proceso o mezcla de análisis, investigación, creatividad e innovación en los diferentes campos y aspectos de la vida de las personas y de las organizaciones. Lo importante es que se encienda la “chispa”, la motivación para despertar una inquietud, y que se apliquen correctamente las técnicas de sistematización e innovación para transformar una “idea” en un “proyecto”.
Estamos de acuerdo que la “Sociedad de la Información y del Conocimiento” es el resultado de la aplicación de herramientas tecnológicas con un alto potencial de organización de la información y del conocimiento, así como de comunicación, que se ponen a disposición de un individuo, de una colectividad o de una organización para “poner en valor” un recurso o aspecto que es valorado dentro una colectividad o de un mercado.
Pero a ¿qué recursos y aspectos nos estamos refiriendo?. Intentar realizar una descripción exhaustiva de los mismos con precisión sería pretencioso e inexacto, pero podemos decir que son tan amplios como lo es un su conjunto la Sociedad. Sin embargo, siempre es bueno simplificar en el análisis de los problemas, reducirlo a la búsqueda de las “raices”. Es un proceso de búsqueda de “identidades”. Todos aquellos aspectos, que se basan en identidades comunes y que definen a un colectivo organizado o no, desarrollan raíces más profundas que calan y se asientan en la sociedad. Nos estamos refiriendo a aspectos de diferente signo o tendencia que se relacionan con movimientos socio culturales, ideológicos, religiosos, políticos y económicos. El éxito de estas identidades radica en dos principios: la existencia de unas bases para la participación y el proceso de comunicación.
Solo un pero o una particularidad, este potencial es tan alto, que es capaz de cambiar principios, hábitos, culturas y formas de organización y de trabajo. Caminamos pues por el sendero del cambio y de la transformación de la Sociedad.
Esto conlleva un riesgo, sino se establecen las medidas adecuadas, las TIC’s son un instrumento que puede conducir a acentuar las desigualdades sociales, territoriales y económicas. Es lo que se ha denominado la “brecha digital”. Es decir, es necesario la existencia de un proceso de alfabetización tecnológica o digital de la población en su conjunto. Es un proceso de capacitación o formación tecnológica, propio de los objetivos de la formación profesional y del sistema educativo en su conjunto.
Destaca sobre manera la creación de una figura o un instrumento complementario y a la vez necesario, los “Telecentros”, para llegar allí donde no llegan los entramados del sistema educativo. Pero como decíamos al principio, pobre sería la misión de un “telecentro” si sólo se limita a contribuir al proceso de “alfabetización digital” mediante la mera formación, propios de las academias o centros de formación. Los telecentros deben ser algo más.
Lo Telecentros surgen en el seno de una comunidad local o territorial (red de telecentros), con esa primera finalidad a la que hemos aludido, eliminar la brecha digital y contribuir al proceso de alfabetización digital de la población. Sin embargo muchos son los factores que nos ayudan a pensar en sus muchas potencialidades futuras, si pensamos que los “usuarios” de estos telecentros están en contacto y son participes de diferentes y singulares “identidades”. Es objeto de los telecentros descubrir las inquietudes de las personas y de los colectivos, y ser capaces de transformar esas inquietudes en ideas y estas a su vez en proyectos de diferente naturaleza (comunidades virtuales temáticas, creación de empresas, procesos de divulgación y comunicación virtual, plataformas de información, etc).
El futuro de un telecentro y su contribución a crear la Sociedad de la Información, está en la capacidad de sus gestores y de sus recursos humanos, de definir una misión y una estrategia adecuada a los intereses y objetivos que representa.
Desde este último punto de vista, Telecentros Punto Info concibe un telecentro como una organización que se configura en un “centro de transformaciones sociales y económicas” que queda descrito según el siguiente esquema de proceso:
- Inputs: personas (mujeres, niños, desempleados, estudiantes, trabajadores, mayores, etc) , colectivos, organizaciones y empresas, que de forma manifiesta o implícita tienen unas necesidades e inquietudes, que pueden ser individuales o colectivas.
- Primera transformación: El primer proceso que se genera es añadir a la capacidad de escuchar e indagar en las necesidades, la aportación de recursos de capacitación a través de procesos de alfabetización digital que satisfagan sus propias necesidades.
- Segunda transformación: Es necesario conectar esas necesidades e inquietudes con procesos de alfabetización digital a través de proyectos sustentables a medio y largo plazo. Esto sólo es posible si se aplican los métodos de innovación. Es decir las ideas y proyectos deben ser tratados de forma sistemática y metódica. Para ello debe de generarse un proceso de conexión de “identidades” entre individuos y colectividades. Generar compromisos y responsabilidades en la gestión de un proyecto compartido. Propiciar el trabajo en grupo de forma organizada.
- Output o resultados: proyectos participados por individuos, colectividades, organizaciones o empresas que generan “valor” en la Sociedad de la información.
La generación de “valor” va a depender directamente de la “identidad” de la cuál estemos hablando, para una empresa ese valor será económico o de mejora de competitividad, para un “individuo” responderá a su propia escala de valores o de autoestima, para una “colectividad” u “organización” responderá a la concepción de los intereses y objetivos de sus representados, etc.
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